Entre los días 1 y 19 de octubre ha tenido lugar la tercera campaña de excavaciones arqueológicas en la plaza del fotógrafo Robert Capa, en busca de los restos de la viviendas destruidas durante los bombardeos que tuvieron lugar en noviembre de 1936 por parte de la aviación alemana en apoyo del ejercito sublevado contra el Gobierno de la República.
La excavación de este año ha estado dirigida, como los anteriores, por el arqueólogo del Instituto de Ciencias del Patrimonio del CSIC (Incipit), Alfredo González Ruibal, que durante las excavaciones recibió la noticia de la concesión del Premio Nacional de Ensayo de 2024, y ha contado con la participación de distintos arqueólogos especializados en arqueología del siglo XX y de la Guerra Civil, algunos con largos años de experiencia como Luis Antonio Ruiz Casero, y otros que comienzan ahora su labor profesional como Eduardo Alcántara, Sofía López Velasco, Vega Rivas Greciano y Lucía Valentín Gamazo, todos ellos apoyados en los trabajos por estudiantes en prácticas de las facultades de Geografía e Historia de la Universidad Complutense.
En los trabajos de este año se ha continuado con la excavación de los restos arqueológicos de la chabolas que a partir de los años posteriores a la Guerra Civil, se construyeron sobre los restos de los edificios levantados en la calle Peironcely, 4, 6 y 8, pudiéndose diferenciar varias fases de construcción de las mismas entre los años 40 y su destrucción en los 70. Además, en los últimos días de la excavación se halló un basurero relacionado con las viviendas anteriores a la Guerra Civil, en el que se hallaron numerosos restos materiales que dan indicios del tipo de vida y alimentación que tenían los habitantes de los inmuebles destruidos durante la guerra. A partir de estos restos puede inferirse que en los años 20 y 30 la población del barrio era más variada, en cuanto a nivel socioeconómica, que tras la guerra, así se han encontrado abundantes restos de pescados o mariscos, así como restos de ganado consumido por los vecinos, una dieta solo al alcance de la clase media y alta de la época.
Como sucedió durante las anteriores campañas, acompañando a los trabajos científicos, desde la Fundación se organizaron visitas, para que los centros educativos y cualquier otro interesado en la historia y el patrimonio pudiera visitar el espacio en una visita guiada que contextualizara los restos físicos hallados con lo ocurrido en ese lugar entre 1923 y la actualidad. A estas visitas guiadas acudieron en torno a 450 personas, entre colegios, institutos y asociaciones varias.
Estos trabajos fueron coorganizados entre el Incipit y la Fundación Anastasio de Gracia y recibieron una ayuda del Ministerio de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, a través de las subvenciones en régimen de concurrencia competitiva para actividades relacionadas con la recuperación de la Memoria Democrática y las víctimas de la Guerra Civil y de la Dictadura, en su convocatoria para el año 2023